jueves, 11 de noviembre de 2010

La apertura comercial de Estados Unidos con Cuba: ¿Sobrevivirá el optimismo ante tantos retrasos?

Puede ser difícil imaginarlo, pero Estados Unidos solía ser con diferencia el mayor socio comercial de Cuba y su mayor fuente de turistas e inversión directa extranjera. En una semana típica de 1959
Por primera vez en su larga historia de predicciones sobre Cuba la Cámara de Comercio planteaba tres diferentes escenarios para que Estados Unidos y Cuba reanudasen sus vínculos comerciales e inversores, y sólo el primero de los tres escenarios implicaba “cambios significativos” en Cuba con el objeto de crear mercados libres y un acercamiento a la democracia en dicho país. En el segundo escenario Cuba no llevaría a cabo cambios políticos o económicos significativos pero reanudaría el comercio con Estados Unidos de todos modos. En el tercer escenario, Cuba no realizaría cambios políticos significativos, pero introduciría reformas orientadas al mercado similares a las llevadas a cabo en China y Vietnam. Aunque oficialmente aún comunistas, dichos países han empezado a ser atractivos para los exportadores y multinacionales estadounidenses, explicaban los optimistas. Así pues, ¿por qué no podría seguir Cuba esa misma trayectoria?

Cambios desde dentro
 
Fuera del ámbito del turismo, los exportadores estadounidenses de bienes agrícolas también siguen presionando para poner fin al embargo. 
El pasado mes de octubre más de treinta negocios estadounidenses, muchos de ellos pertenecientes al sector alimentario y agrícola, enviaron unos 200 representantes a Cuba a una feria de comercio, incluyendo burócratas estatales de Maryland, Virginia y Georgia. En la feria, Terry Coleman, diputado de la comisión de agricultura de Georgia, declaraba ante la prensa que la administración Obama debería intentar modificar las regulaciones bancarias para que Cuba pueda transferir los pagos directamente desde sus bancos a Estados Unidos sin tener que recurrir a instituciones financieras de terceros países. Dicha restricción ha limitado seriamente la capacidad de los exportadores estadounidenses para ampliar sus mercados en Cuba.
Otra medida para fomentar las relaciones ha sido una provisión para facilitar el flujo de exportaciones agrícolas estadounidenses a Cuba por parte del Congreso estadounidense, incluida en su año fiscal 2010.

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